Detalles
Reseña del libro
La verdad sobre el mundo de las finanzas. Entre tiburones nos narra como pertrechado con los instrumentos de las ciencias sociales y el olfato de un sabueso, Luyendijk se sumergió sin miedo en las aguas del dinero y durante dos años entrevistó a ejecutivos y secretarias, a entusiastas y escépticos, a especuladores, informáticos, contables y relaciones públicas… A más de doscientos individuos que a menudo rompieron el código del silencio para ... Ver más Ocultar La verdad sobre el mundo de las finanzas. Entre tiburones nos narra como pertrechado con los instrumentos de las ciencias sociales y el olfato de un sabueso, Luyendijk se sumergió sin miedo en las aguas del dinero y durante dos años entrevistó a ejecutivos y secretarias, a entusiastas y escépticos, a especuladores, informáticos, contables y relaciones públicas… A más de doscientos individuos que a menudo rompieron el código del silencio para mostrar las entrañas de la bestia. Algunos incluso reconocieron que en el 2008, tras la caída de Lehman Brothers, compraron oro, acapararon alimentos y prepararon la evacuación de sus hijos al campo. Luyendijk, con sus entrevistas, nos lleva a plantearnos preguntas pavorosas: ¿Y si en realidad nadie entendiera nada? ¿Y si no hubiera nadie al timón del barco de las finanzas? La verdad sobre el mundo de las finanzas. Entre tiburones nos narra como pertrechado con los instrumentos de las ciencias sociales y el olfato de un sabueso, Luyendijk se sumergió sin miedo en las aguas del dinero y durante dos años entrevistó a ejecutivos y secretarias, a entusiastas y escépticos, a especuladores, informáticos, contables y relaciones públicas… A más de doscientos individuos que a menudo rompieron el código del silencio para mostrar las entrañas de la bestia. Algunos incluso reconocieron que en el 2008, tras la caída de Lehman Brothers, compraron oro, acapararon alimentos y prepararon la evacuación de sus hijos al campo. Luyendijk, con sus entrevistas, nos lleva a plantearnos preguntas pavorosas: ¿Y si en realidad nadie entendiera nada? ¿Y si no hubiera nadie al timón del barco de las finanzas?